
Como gota de rocío
trémula y temerosa,
suspendida en el tiempo
donde el fin es una incógnita,
quedó la esperanza.
Divisando un mañana
de abrazos fraternales,
de conciencias limpias,
de hombres cantando libres
su verdad humana.
De niños simplemente niños,
con la blancura de días
sin pasados tristes,
de mujeres amando la vida
y dando la vida, por amar tanto.