lunes, 25 de mayo de 2009

Versos en el crepúsculo

Cada noche,
el amargo trago de la despedida
con la palabra hueca
sin nada ya de vida.
Cada noche
el fustigante látigo del silencio
llenando la conciencia,
de mil preguntas sin respuesta.
Cada noche,
el ladrido de un perro moribundo,
inunda las entrañas
y el alma se agota de tan larga espera.
Cada noche
el concierto de los grillos acompaña
el canto mental de los recuerdos .
Y la luna
eternamente sola
irradia débiles rayos
de melancolía.